jueves, 17 de julio de 2014

Su cielo, mi estrella.

 No hay nada que me guste más en el mundo como cogerla de la mano y sentir su suave piel. Sus ojos transmiten dulzura, su sonrisa ternura y su rostro belleza. Sí, soy ese chico que se ha enamorado perdidamente de ella. Es única, observadora, inteligente, curiosa, optimista y luchadora. Sólo le basta decirte una frase para hacerte reflexionar o resolverte una duda que has tenido durante años. Para nosotros la vida es una contrincante que nos pone obstáculos difíciles de superar como, por ejemplo, no encontrar trabajo, no tener suficiente dinero para mantener a la familia o la casa, etc. La vida, para ella, es una bendición que nos hace aprender de nuestros errores, que hace que nos superemos aunque no nos demos cuenta y que, para los que tienen suerte, nos regala un mañana y un nuevo día. Como ya dije antes, es una chica luchadora. No es que practique boxeo o algún deporte de riesgo, sino que tiene una enfermedad. Prefiero no revelarte cuál es porque entonces los ojos se me llenarían de lágrimas y no podría seguir contándote esta historia. Lleva encamada en este hospital mucho tiempo y, cuando le dan el alta, no pasa ni una semana cuando tiene que volver. La frase que solemos decir antes de dormir, esa que dice “hasta mañana si Dios quiere”, cobró sentido para mí cuando la conocí y me reveló su enfermedad. Cada día y cada noche ella sola lucha en silencio para sobrevivir un día más, para respirar un minuto más. Es increíble lo injusta que es la vida, se lleva a las mejores personas. ¿Lo peor de todo? Tiene dieciséis años. Yo tengo diecisiete, aunque por mi forma de escribir parezca algo más mayor. Es ella la que me ha hecho madurar, la que me ha hecho ver la vida de una manera diferente. Soy hijo único y, antes de conocerla, era un chico caprichoso y consentido. Mis padres me compraban todo lo que les pedía para hacerme feliz. Mamá, papá, ¿sabéis lo que quiero yo en este momento? Estar con ella ahora y dentro de veinte años más. ¿Es posible? Me cuesta decirlo pero no. Ojalá fuera todo tan fácil como pedir un deseo y esperar a que se cumpliera, aunque yo no esperaría sino que lo realizaría. Si estuviera en mi mano, compraría todos los medicamentos del mundo para que, al menos, se aferrase a la vida un año más. Cuando la conocí jamás hubiera imaginado que tuviera esa enfermedad, era tan hermosa y única como ella misma. Por alguna extraña razón que nunca sabré, ella se enamoró de mí. Hace un año, cuando tuve la suerte de darle un pequeño beso en los labios supe que era la chica de mis sueños. Las personas mayores no apostaban demasiado por nuestra relación, decían que seríamos un amor pasajero por la juventud, pero nosotros les demostramos que el primer amor es el verdadero y único amor. Quizás ellos no lo recordasen por el paso del tiempo, por todas las personas que han dejado tanto huellas como heridas en sus corazones, pero aunque éramos jóvenes supe que ella sería la mujer de mi vida. Llámame soñador, iluso o ingenuo, pero lo supe. Cuando nos enamoramos me contó su secreto. Ella creía que la dejaría por tener una enfermedad, pero no fue así. No la traté de ninguna manera diferente, la traté como siempre pero cien veces más y mejor, como a una reina. Es de esas personas que, si la encuentras y se adentra en tu vida, eres más afortunado que cualquier persona millonaria, porque te cambia la visión del mundo a mejor y porque la positividad y el optimismo, por muy mal que esté la situación, siempre están presentes. Ella es joven pero, para mí, tiene una filosofía más bonita que cualquier famoso filósofo. Ahora estoy leyéndole su libreta. En ella, desde que era pequeña hasta hoy, ha estado escribiendo las citas que más le gustaban de ellos, (Aristóteles, Platón, Friedrich Nietzsche y otros muchos que yo no conocía). Me encanta observarla de vez en cuando, apartando mis ojos del papel para verla a ella con una sonrisa, tumbada en esta cama de hospital en la que estoy recostado a su lado y ella me escucha y recuerda cada una de mis palabras. A veces, ella termina la frase o se adelanta y recita la que va a continuación. Es hermosa. Creo que decir que estoy enamorado de ella es poco. Quizás también sirva prendado, chalado, colado, flechado o rendido ante su presencia y ante su amor, nuestro amor. El médico nos ha dicho a los padres y a mí que le quedan muy pocos días de vida, aunque supongo que ella también lo sospecha. De pronto, detiene mi lectura con su frágil y delicada mano en mi boca. Sin esperarlo, hace un esfuerzo y habla, (si respirar es todo un reto para ella, el sólo hecho de hablar es un logro que hace que me emocione).
     -Cielo, calla. Déjame apreciar tu silencio –Me quedo mudo al escuchar su voz, más frágil que sus manos. Tras un minuto en el que sólo me mira con sus grandes ojos verdes y en el que se escuchan las máquinas de las demás habitaciones del hospital, continúa.
    -¿Sabes por qué te llamo cielo? No es porque me gusten los apodos cursis y típicos que se dicen las parejas, sino porque lo eres. Eres ese cielo que me ha hecho volar cuando ni mis pies podían dar un paso más. Eres ese paraíso con el que tantas veces he soñado viajar y me has teletransportado hasta allí con tan sólo rozarme o mirarme. Te llamo cielo porque has iluminado todos mis días grises con tu sonrisa radiante y porque metiste todos los sonidos de la naturaleza en esta pequeña grabadora, la que he escuchado millones de veces sintiendo que estaba en el exterior. Y, bueno, ya no me queda demasiada fuerza para seguir hablando. Nunca te dije por qué me enamoré de ti pero te lo voy a revelar. Es fácil, me enamoré de ti hace tan sólo un año porque me has dado vida cuando todos los de mi alrededor veían mi muerte. Simplemente te quiero y te amo. No sufras por mí, estaré bien, cielo mío.
 Cierra los ojos y, con un suspiro, me regala su última sonrisa. Ahora ella formará parte de ese cielo tan infinito y lleno de estrellas, aunque ella siempre será la más brillante. Nunca se lo dije pero ella fue y será mi estrella, aunque ella ya lo sabía.


10 comentarios:

  1. Muy bellas letras , enhorabuena, Feliz semana. Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Muchas gracias! Me alegra mucho que te gusten :) Igualmente. Un saludo.

      Eliminar
  2. Qué bonito Alba!! Me ha emocionado!! Escribes con tanta intensidad que siempre consigues removerme el corazón!! Gracias por esta bonita historia :)
    Feliz finde, guapa!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Oh mil gracias Ángela *.* Me encanta leer comentarios así. Es un placer siempre hacerle sentir algo al lector con mis palabras. Gracias a ti por leerla y comentarla.
      ¡Un beso e igualmente!

      Eliminar
  3. Muy emocionante y hermoso
    Enhorabuena Alba!

    ResponderEliminar
  4. Una publicación preciosa, con mucha fuerza y sentimiento :)
    ¡Abrazos y feliz finde!

    P.D. Te invito a mi blog:
    http://donde-los-valientes-viven-eternamente.blogspot.com.es/

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegra muchísimo que te haga gustado esta historia :D ¡Abrazos e igualmente!
      PD: Me pasaré por tu blog :) Un saludo

      Eliminar
  5. Bonita historia Alba...no podía dormir...iba a ver una película romántica, pero me leí tu historia y me fue mejor....

    Saludos..:-)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Muchísimas gracias, Ricardo! :D Es una alegría que mi escrito sea algo mejor que una película.
      ¡Saludos!

      Eliminar