Te quiero aquí, a
mi lado, conmigo y ahora. Te quiero a ti. Bailemos, no bajo la lluvia, sino en
nuestra intimidad, sin música. Sólo nuestras almas unidas y silenciosas
dejándose llevar por un ritmo lento e improvisado, un ritmo marcado por
nuestros corazones. Amémonos, no como en las películas, sino como nosotros
sabemos, a nuestra única y especial manera. Hablemos hasta ser interrumpidos
por un beso inesperado y, después, otro, otro y otro más. Besémonos, probando
nuestros tiernos labios y deseosos el uno del otro. Abracémonos tan fuerte que
nuestros cuerpos se fundan en uno sólo. Respiremos nuestros perfumes, no los de
los botes de colonia, sino los de nuestra propia piel. Démonos los buenos días,
buenas tardes y buenas noches juntos y abrazados. Regalémonos silencios, porque
nuestras miradas lo dicen todo.
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