domingo, 8 de junio de 2014

Un lugar llamado cielo.

    -Cariño, lo siento mucho. Tu madre era muy querida por todos. Voy a estar a tu lado siempre, contigo, en lo que te haga falta, ¿me oyes?
Mi marido me coge el rostro con sus manos y me seca las lágrimas, que corren veloces por mis mejillas.
     -Gracias amor, te quiero. Lo más difícil va a ser decírselo a la niña. Ha estado casi todos los días con ella y ahora, de pronto, desaparece. Va a ser un palo muy duro para ella, eso es lo que más me entristece.
 Las lágrimas me inundan de nuevo y él me protege con sus brazos. Ahora mismo soy una niña pequeña que quiere esconderse del mundo, de la vida, tan cruel en este momento. Ser madre en estas situaciones es muy difícil. Tienes que ser fuerte para que tu pequeña no te vea débil, tienes que sonreír para que no te vea llorar y tienes que mantener en secreto  este duro momento para que no sufra. Cómo decirle que la persona a la que más admira, su abuela, se ha ido a un lugar llamado cielo. Cuando nosotros estábamos trabajando, mi madre se quedaba con ella, cuidándola hasta que terminábamos, y cuando íbamos a recogerla incluso se quería quedar hasta por la noche o a dormir a su lado. Ella ha sido su segunda madre, la que le consentía a ratos, la mimaba, la hacía reír hasta que se le saltaban las lágrimas o la dejaba fascinada cuando le contaba anécdotas de su vida, hace tantos años atrás. Para mi pequeña, su abuela era la persona con el corazón más grande del mundo y viceversa. Mi madre ya era mayor y falleció dormida, tranquila y con una pequeña sonrisa. Parecía feliz por todo lo que ha vivido, por haber conocido a su nieta y por la última inyección de felicidad y vitalidad que mi pequeña le regaló.

    -Mamá, ¿hoy qué vamos a hacer por la tarde? La abu me dijo que me llevaría al parque, ¿puedo ir verdad? –Junta sus pequeñas manos en señal de mi aprobación pero esta vez, tristemente, no se la podré dar.
    -Lo siento cielo, le ha surgido una cosa y no podrá salir contigo. Otro día, ¿vale? –Sonrío como puedo y ella se extraña, pero acepta.

Pasan los días y no deja de hacerme preguntas. Siempre le respondo con alguna nueva excusa, pero se va acercando el momento de decirle la delicada verdad.
    -Mamá… Le pasa algo a la abuela, ¿verdad –Su carita se va entristeciendo-. Hace mucho que no me llama para verla. Creo que hubo un día que no guardé mi ropa en el armario. ¿Está enfadada conmigo? –Su inocencia me saca una pequeña sonrisa llena de melancolía.
    -Mi niña… -Le aparto un mechón de pelo del rostro, poniéndolo detrás de su oreja-. No te preocupes, no está enfadada contigo.  ¿Sabes lo que me dijo? Que eres la persona más especial que ha conocido, que tienes un corazón tan grande que no te cabe en tu pequeño cuerpo y que, aunque esté lejos, siempre te seguirá cuidando y queriendo.
    -Mamá, en el cole a muchos amigos se le han ido sus abuelos al cielo. ¿Está allí? –Al decirme esto, la abrazo con fuerza y comienzo a llorar, respondiéndole con un bajito “sí”-. No llores mami, yo conocí a algunos abuelos de mis amigos y eran muy simpáticos. Estoy segura de que estará feliz con ellos y se reirá mucho. Un día me dijo que si ella se iba, sería la estrella más brillante que hubiera en el cielo, así la podría ver. –Parece que hemos cambiado los papeles de madre e hija. Ahora ella es la fuerte y yo la que me derrumbo.
    -¿Sí? Pues todas las noches, cuando la vea brillar más que ninguna, os aviso a papá y a ti y nos sentamos juntos a observarla. Tenemos muchas historias vividas con ella, te las contaremos todas, ¿de acuerdo? Te quiero mi niña. –Ya calmadas las dos, le doy un tierno beso en la frente.
    -Me parece una idea estupenda. Te quiero mami y a la abuela también.


8 comentarios:

  1. siempre es dificil cuando llega ese momento de contar una verdad a nuestros hijos y que sabemos de antemano que va a dejar una marca muy dolorosa.

    muy buen texto y muy bien contado

    saludos
    carlos

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    1. Muy cierto, Carlos, es así.
      Me alegra mucho que te guste :)
      ¡Saludos!

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  2. Cada vez que leo tus relatos ,me haces muy feliz al recordar a los seres queridos.
    felicidades MLLE.

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    1. Es un placer enorme que me leas y que, a la vez, recuerdes a personas maravillosas. ¡Muchísimas gracias! :D

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  3. Muy tierno todo y lo cuentas con un encanto especial

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    1. Me alegra muchísimo que te guste :D Gracias por tu comentario. ¡Saludos!

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