Sueñas
o mantienes esa pequeña esperanza con un "ojalá". Objetos,
sentimientos o personas que pasan por tu cabeza o corazón. Ideas de futuro que
desearías alcanzar, pero todo termina con un suspiro acompañado de ese típico
"ojalá". Una simple palabra que contiene deseos, sueños y esperanzas
que esperan ser cumplidas pero, sin embargo, ves la meta demasiado lejos o
imposible de conseguir. Nada es imposible si lo intentas. Si realmente quieres
algo, tienes que ir a por ello, evitando los "pero" o los "¿y
si...?" que se interpondrán, sin dudar, en tu camino, haciendo que te
pares en seco y sólo mires el lado negativo de tu objetivo. Es cierto que todas
las decisiones tienen partes positivas o negativas y hay que reflexionar sobre
cada una de ellas pero, si te pasas todo el tiempo estudiándolas de cerca para
no cometer fallos, nunca avanzarás. La vida es experta en enseñarte a base de
errores, los cuales hacen que aprendas la lección e intentes cambiarla. Aunque
tú te pares, tu alrededor seguirá moviéndose. No te quedes mirando por la
ventana, sal ahí fuera y actúa. Porque llegará el día en el que cruces la meta y digas "por
fin".
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