Querida mariposa azul, hace mucho que no te escribo pero sólo un segundo desde que no te pienso. Hace doce años que echaste a volar hacia el cielo, cada vez más alto y estoy segura de que llegaste mucho más allá de la meta, aunque aquí abajo nos dejaste tu partida.
Quiero decirte tantas cosas que no sé cómo ordenarlas, tengo un revoloteo en el corazón. Nunca he dejado de tenerte presente, aunque la vida siempre nos presione con el futuro. Desde aquella fecha en adelante me resultó tremendamente difícil asumir la realidad, pero con el tiempo he logrado que los recuerdos no me aprieten por dentro, sino que me hagan sonreír.
Me gustaría contarte un día especial para mí, porque la vida regala sorpresas tan bonitas como tú en el momento más inesperado. Este año cuando llegó tu día te recordé con una fotografía que encontré en Internet, en la que una mariposa azul se posaba suavemente sobre un dedo extendido. La paz, delicadeza y color de aquella imagen me llegaron al corazón y te la dediqué. Al cabo de unos días llegaron los carnavales y llevaba una flor de cartulina pegada en el pecho. De pronto, una mariposa se posó durante tres segundos sobre ella, la observé y echó a volar de nuevo. La relación de aquellos hechos me hizo saber que era una señal, que querías que supiera que aunque estés en una puesta de sol también estás conmigo, en mi corazón. Desde entonces siempre veía mariposas, algunas solitarias y otras acompañadas que jugaban en círculos, dibujos en la ropa, en lugares de la casa, en joyas. Siempre estuviste pero después te sentí mucho más cerca. Llegaste para que apreciara las cosas bonitas de la vida. Te veo en este ser vivo, te siento en la brisa, provocada por el movimiento de tus alas, te huelo en cada flor, te saboreo en el recuerdo de aquellos platos que me cocinabas y te escucho cuando no quiero escucharme ni a mí misma.
Quizás los demás piensen que fue una casualidad sin importancia pero no, siempre pensaré que la vida tiene rayitos de magia para ti y que sólo podrás sentirlos si crees en ella. Y tú vas más allá, eres la que me hace volver a mi infancia, mi luz, mi mariposa azul, mi abuela.
Te quiere y te adorará eternamente tu pequeña flor, tu nieta.

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