-Muchas gracias a todos por
escucharnos y por vuestro tiempo. –Dijo Hugo a las personas de alrededor, las
cuales se fueron yendo-. Gracias chicas, ha salido preciosa la canción.
-En todas las veces
que te he visto tocar la guitarra, esta es en la que has puesto más sentimiento
y ternura. Me has encantado Hugo. –Le dijo Lili, poniendo su mano, con
delicadeza, en la de él.
-Gracias
–respondió, mirándole a los ojos-, me he emocionado un poco porque me trae
viejos recuerdos, ya que me la cantaba mi madre de pequeño, antes de dormir.
Era mi momento preferido del día. No había gritos ni peleas en la casa, todos
estaban dormidos. Sólo éramos mi madre y yo, acompañados por una dulce melodía
y un beso en la frente. A veces echo de menos aquellos besos. –Dijo, mirando a
la nada y recordándolo todo.
De pronto, Lili le dio un tierno
y lento beso en la frente. Ni él ni yo nos lo esperábamos. En los ojos de Hugo,
volví a ver ese brillo especial pero, en ese momento, tenían una nueva fuerza y
valentía. Lo supe. Sabía que aquel era el momento y que le iba a confesar su
amor. Disimuladamente, le sonreí e hice un pequeño gesto de asentimiento,
dándole mi apoyo.
-Chicos, voy a ir a
la fuente a beber agua, que tanto cantar me ha dejado la garganta seca. Ahora
vuelvo. –Les dije, con una gran sonrisa.
Me fui andando hasta la fuente,
que estaba un poco más lejos del banco, pero los tenía justo en frente.
Mientras bebía agua, levantaba la mirada hacia ellos. Estaban charlando y la
mano de Lili seguía en la de él. Estaba atenta a todo pero, una niña pequeña,
carraspeó insinuando que me apartara de la fuente para que pudiera beber.
¿Dónde podía esperar? Me senté en otro banco, al lado de un abuelito. Yo estaba
muy concentrada y emocionada por la escena, sonriendo ampliamente.
-¿Feliz? –Me dijo
el abuelito.
-Mucho. Mi mejor
amigo le está confesando a una chica, de la que lleva dos años y medio
enamorado, su amor por ella. Yo le he dado ese empujón que le faltaba para que
se lo dijera. –Estaba tan contenta, que daba pequeños saltitos en el banco.
-Estos jóvenes de
hoy en día… -Dijo, entre risas-. ¿Así que estoy hablando con la celestina? Me
llamo José, es un placer conocerte. ¿Y tú eres?
-Efectivamente, soy
la pequeña celestina Nathalie. Encantada. –Parecía un hombre muy simpático, de
unos sesenta años.
-A ver si adivino.
–Echó un vistazo al parque-. ¿Son aquellos dos jóvenes, que se están dando un
beso, tus amigos?
-No… Aún no se han
bes… -Antes de terminar la frase, los vi-. ¿Qué? ¿Ya? Pero si hace unas horas
estuve hablando con él y estaba muy asustado. No me lo puedo creer. ¡Qué
alegría, José! ¡Se están dando un beso! –Estaba tan ilusionada que le di un
gran abrazo y se echó a reír.
-Ay, pequeña, ojalá
fueras mi celestina y me ayudaras a encontrar a una mujer para mí. Sé que ya
soy viejo y todo mi encanto ya se perdió hace mucho tiempo, pero echo de menos
ese sentimiento tan bonito. Siempre vengo a este parque para veros a vosotros,
a la juventud, a las parejas, a los matrimonios y bebés. Echo de menos dejarle
a alguien una rosa al lado, cada día al despertarse. Echo de menos un simple
“buenos días” o un beso. Echo de menos tener a alguien a mi lado a quien
cuidar, proteger y alegrar cada segundo. Pequeña, soy viejo, pero echo de menos
el amor… Perdona que te aburra con mis cosas, que seguramente ni te interesen.
Aunque quiero que sepas que te acabo de conocer y ya me has caído muy
bien. –Con cada palabra que decía, lo iba admirando un poco más. Tenía que ayudarle.
-No te preocupes,
José, te ayudaré a encontrar a una mujer. Mientras tanto, no hago gran cosa por
las tardes así que, si quieres, vendré para acompañarte y charlamos, para que
no te sientas tan solito.
-¿Eres así de
amable con todas las personas que conoces? Gracias, pequeña Nathalie, eres un
encanto. -Dijo, con una preciosa sonrisa.
Cuando terminamos de
charlar, vimos cómo venía una parejita hacia nosotros. Parecían dos niños
pequeños, sonrientes y cogidos de la mano. Lili y Hugo.
Que bonita historia , Alba , sigue así , gracias por tu aporte . Un Abrazo JP.
ResponderEliminarGracias a ti por tu comentario. Me alegra muchísimo que te guste. ¡Otro abrazo para ti!
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