Los soñadores necesitan a los realistas para evitar que vuelen demasiado cerca del sol. Los realistas, sin los soñadores, no despegarían jamás.
No dejes de sonreír nunca; ni tan siquiera cuando estés triste, porque nunca sabes quién se puede enamorar de tu sonrisa.
Una sonrisa es cuando tu alma acaricia tu rostro.
No dejes de sonreír nunca; ni tan siquiera cuando estés triste, porque nunca sabes quién se puede enamorar de tu sonrisa.
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