Tengo frío. Tengo hambre. No hay
muchas cosas en este pequeño almacén donde vivo, pero es más que suficiente. Es
antiguo y viejo, abandonado hace mucho tiempo por sus dueños, que buscaron un
futuro mejor y lo encontraron. Para mí, encontrar este lugar, este refugio
donde resguardarme cada noche, fue lo mejor que me pudo pasar. Está en un
callejón parecido a los de las películas: oscuro, con gatos que merodean
alrededor de la basura y solitario. La soledad siempre me acompaña.
Mi comienzo por el laberinto de
la vida fue demasiado enredado. Para empezar, no conocí a mis padres. Crecí en
un orfanato, rodeada de niños perdidos e inocentes que se conformaban con
aquello, mientras que a mí me parecía un lugar horrible. Cada día que pasaba
allí, me sentía más hundida, más triste y, cómo no, más sola. No me relacionaba
con nadie. Decían que era una chica rara, autista, que estaba loca, pero todo
me daba igual. Me encerraba en mí misma y no quería saber nada de los demás.
Para mí, todos y cada uno de los que se encontraban allí eran los que estaban
locos. La niñez, la inocencia y la infancia las dejé atrás el primer día que
fui consciente de todo lo que pasaba y de dónde me encontraba. Nadie me
explicó lo que sucedió con mis padres. Me he imaginado tantas cosas y
situaciones sobre ellos, que ya no sé lo que sentir. En mi interior se
entremezclaban rabia, tristeza, soledad, abandono, enfado y, en muy pocas
ocasiones, felicidad. Demasiados sentimientos negativos para una niña tan
pequeña.
Lo que pasó en aquel orfanato,
la loca decisión que tomé pero de la que nunca me podré arrepentir, te la
contaré en el siguiente capítulo. Por cierto, se me ha olvidado comentarte
que sólo tengo trece años.
Mira, Alba, lo positivo de tus palabras, o del fragmento que has puesto en esta entrada, me ha servido para internarme de lleno en lo que relatabas, quiero decir, que tienes facilidad para hacer que la gente disfrute leyendo lo que escribes, (y eso es muy bueno) no muy poca gente la tiene, y ahora me doy cuenta, de que tu eres de esas personas que saben escribir y sentir a la vez y eso para el lector le resulta agradable, poder meterse de lleno en lo que escribes. Mucho Ánimo en esta aventura que empieza, y nunca acaba...porque la imaginación es un don que tenemos los que quieren sentir las palabras de cualquier libro. Ánimo.
ResponderEliminarTus palabras sí que son motivadoras, Álvaro. Nadie me había explicado tan bien mi manera de escribir y es un placer que así sea. Yo siempre intento ponerme en la piel del personaje y describir lo que veo a su alrededor, vivirlo en primera persona, para que todo sea mucho mas real y hacer conmover al lector. Muchas gracias, de verdad.
ResponderEliminarHola guapa te dije que valías para esto y mira la carrerilla que has tomado 4000 visitas y subiendo. Enhorabuena sigue escribiendo así y llegaras alto .
ResponderEliminarUn beso.
¡¡Muchas gracias!! Yo soy la primera que está impresionada con esto. No me lo esperaba, para nada. Espero seguir enganchandoos con mi historia. Un beso muy fuerte
EliminarEstoy esperando el segundo,, vaya, me lo he leído tres veces y todavía me sigue alucinando, me encanta. Esperando ver el segundo capitulo. :)
ResponderEliminar¡Qué alegría! Gracias, otra vez. En unos minutos estará el segundo capítulo :D
ResponderEliminarFelicidades, amiga virtual !!
ResponderEliminarSigue así, escribiendo como lo haces...con mucha ilusión y amor por la escritura...
Te dejo un abrazo.
Luifa
¡Mil gracias, Luifa!
EliminarSiempre seguiré así e intentaré mejorar cada día un poco más.
Un abrazo.