Antes de nada, mi nombre es Nathalie.
No sé si me lo pusieron mis padres o las mujeres del orfanato, pero la verdad
es que me gusta bastante. Yo siempre fui la pequeña rebelde, la chica que les
hacía las jugarretas a las demás. Tantas y tantas veces que me castigaron… Pero
no me importaba, porque nada me divertía tanto como hacer rabiar. Era lo único
con lo que me reía en aquel lugar tan gris. Pero hubo un día en el que mi vida
dio un giro. Recuerdo perfectamente aquel momento como si fuera ayer.
Hace cinco años perdí los
nervios, no podía soportarlo más. Yo tenía ocho años y una niña, mayor que yo y
la más popular entre las demás, se empezó a meter conmigo. Me dijo que no le
importaba a nadie, que era un bulto y que mis padres me dejaron allí porque no
querían cargar con un error que tuvieron. Le pegué todo lo fuerte que pude.
Ella no se esperaba mi reacción y se quedó paralizada, mirándome. Llevaba
demasiado tiempo guardándome todo para mí, soportando cada palabra que me
decían, pero ese ya fue mi límite. Las demás niñas empezaron a rodearnos,
haciendo un círculo para poder ver mejor la pelea, pero no seguí. Esta
situación fue exactamente lo que me convenció para llevar a cabo un pensamiento
que llevaba en mi mente demasiado tiempo. Me fui. Salí de aquella habitación
rápidamente, todo lo que mis pequeñas piernas me permitieron. Gracias al jaleo
que formaron las chicas ante la pelea, la directora y las mujeres que nos
cuidaban fueron a aquella habitación, dejando la salida sin vigilancia. Había
pasado tanto tiempo observando aquella puerta grande que daba al exterior, a la
calle y a la vida, que supe perfectamente cómo abrirla lo más rápido posible.
Bajé las ocho escalerillas, crucé una carretera y eché a correr. ¿A dónde? No
importaba, cualquier lugar mejor que ese viejo edificio. Experimentaba esa
sensación de la que tanto había oído hablar, adrenalina. ¿Qué haría después de
esto? No había nada pensado, nada previsto. Sólo hubo una única cosa que
planeé: vivir.
Fuerte y conmovedor, quiero ver como sigue, espero la continuación.
ResponderEliminar¡Muchísimas gracias, Estela! Ya tengo preparada la continuación, espero que también te guste tanto o más. Un saludo muy grande.
EliminarUahhhuuuu....interesante, como dije en el primero, me has asombrado tu calidad de escribir los exteriores, la gente que lee no sabe apreciar ese don de algunos escritores, como tu por ejemplo, y otro que si leen detenidamente se dan cuenta de la importancia de describir los exteriores. sigue así y Ánimo.
ResponderEliminar¡¡Mil gracias Álvaro!! Como siempre, tus comentarios me ayudan a fijarme en los detalles de mi escritura y me motivan mucho más, si es posible, para seguir. ¡Un saludo!
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