Tal vez, tu mayor
temor no sea recordar y encerrarte siempre en los malos momentos vividos, sino
olvidar todos y cada uno de ellos. No saber quién eres, no recordar a tu
familia, amigos o tu propio nombre. Tuve una situación parecida. Cuando
estábamos con ella, era inevitable no sufrir. Ver cómo se apagaba lentamente,
como vela consumida por el tiempo, hasta que un día, el viento sopló una ligera
brisa y su fuego se apagó completamente. Por mucho tiempo que pase, el recuerdo
de cualquier persona querida será eterno. Aunque no pienses en ella, siempre
estará en tu corazón, ayudándote a tomar decisiones difíciles, estando contigo
en los momentos más bonitos de tu vida y sintiéndote orgulloso por haberle
acompañado hasta el último respiro de su vida. Hoy tuve un sueño inesperado, en
el que la volvía a ver, a ella y a su sonrisa, y pude abrazarla. Los sueños son
muy caprichosos. Siempre te sorprenden. Hacen que vuelvas a ver a personas que
se fueron o se alejaron de ti, hace mucho tiempo. Las vuelves a sentir y a
tocar por última vez, hasta que tu mente, cuando estés dormido, te vuelva a
regalar otro momento parecido, en forma de película. Cuando despiertas, te
quedas pensativo, e intentas buscarle un por qué o una explicación, pero los
sueños, sueños son. A veces, desearías vivir en ellos o en tu imaginación y así
poder escapar de la realidad, para vivir en un mundo donde todo sería perfecto.
Otras veces, te gustaría despertar lo más rápido posible y sólo te basta con abrir
los ojos, a veces húmedos, para volver a la realidad y decir “sólo ha sido un
mal sueño”. Todo tiene la importancia y la fuerza que tú quieras darle.
Bonita reflexión. Saludos Alba.
ResponderEliminarMuchas gracias, encantada de que te guste. Un saludo Pablo.
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