¿Qué responder? Miles de ideas
atropelladas se me pasaron por la cabeza. Nunca me imaginé que alguien me
preguntaría algo así.
-No sé qué decir,
Bruno. Me has pillado por sorpresa. Te lo agradezco muchísimo, pero soy un poco
rara. La idea de formar parte de una familia, de tener obligaciones, de tener
un hogar en el que me esperan cada día personas a las que de verdad les
importo, es algo a lo que me costaría bastante acostumbrarme. Sois personas
magníficas, de verdad, pero creo que no sirvo para estar entre cuatro paredes.
Me he acostumbrado a la libertad.
Había algo en mi interior que se
burlaba de mí, porque sabía que, lo que estaba diciendo, no era cierto del
todo. Mi sueño siempre había sido volar como un pájaro libre aunque también, en
el fondo, a ese pájaro le gustaría tener un nido. Lo que me hizo decir eso a
Bruno, por encima de todo, era la idea de estorbar, de molestar o que mi
carácter y personalidad estropearan el ambiente y la historia tan bonita que
tenía esta familia.
-Pero Nathalie, ya
es casi de noche y el tiempo está espantoso. Bueno, si quieres, puedo modificar
el trato. Vendrás a alimentarte a nuestra casa, te ducharás y dormirás en el
colchón más cómodo y calentito que tenemos, pero sólo serás una invitada.
Vendrás como una amiga de Hugo, así que no tendrás ninguna obligación. El resto
del tiempo puedes salir, pasear o hacer lo que quieras.
-De acuerdo, Bruno.
Aunque quiero que sepas que habrá un día en el que os seguiré viendo todo lo
que pueda, pero me marcharé de la casa. Sólo estaré durante un tiempo, espero
que no te importe. Normalmente no aceptaría una propuesta así pero, el tiempo
que hace, el hambre tan grande que tengo y el dolor de espalda que se me va
acumulando, me hacen decir obligatoriamente que sí.
-¡Es una noticia
fantástica! No sabes lo contenta que se pondrá Emma. Cuando te conocí, le hablé
de ti y ella tenía la esperanza de que este día llegara. Ya sé que te lo he
dicho muchas veces, pero eres alguien especial, Nathalie, nunca lo olvides.
Cuando lleguemos a casa, si no te importa, dormirás en una habitación con
Hugo. Antes era una habitación para invitados, con dos camas pero, el día que
llegó Hugo, la acomodamos para él y algún amigo suyo que viniera. Por la ropa
no te preocupes, ya nos las apañaremos.
Inexplicablemente, rompí a llorar. Fui
corriendo a darle un fuerte abrazo. Sólo estábamos él y yo en la panadería.
Hugo no había aparecido aún desde que fue a avisarle y a hablar con él. Bruno
se quedó extrañado, pero me devolvió el abrazo. Demasiadas emociones
acumuladas, mucho tiempo sola y el primer abrazo sincero, hicieron que no
pudiera aguantar más. Era la primera vez que me sentía así. Ya tenía tres
buenísimos amigos. Me sentía protegida, cuidada pero, sobre todo, querida, por
primera vez. ¿Podían existir personas tan maravillosas como éstas? No. Pensé
que esa noche no podría dormir. Era todo tan nuevo, increíble y alucinante, que
cerrar los ojos sería una pérdida de tiempo.
Felicidades. Espero, NO .se que en un futuro no muy lejano estaras firmando tus libros ante la mirada horgullosa de las personas que te quieren. no cambies de forma de ser. eres fabulosa
ResponderEliminarun beso del frances
Muchisísimas gracias, de verdad. Cuando llegue ese día, me sentiré la persona más orgullosa por haceros sentir así. Cada día intentaré mejorar un poco más y seguiré esforzándome en lo que me gusta y en haceros felices con mis palabras y con lo que haga falta.
ResponderEliminarOtro beso para ti, francesito ;)