Es muy duro pronunciar una corta y simple
palabra: adiós. Es aún más dolorosa cuando sabes que, hagas lo que hagas, digas
lo que digas o llores lo que llores, esa persona no volverá. No porque haya
viajado a otro país o continente, sino porque lo ha hecho a otro mundo muy
lejano al nuestro. Un viaje con demasiadas turbulencias, lluvias tras de sí y
días grises. En esos momentos no ves ni un arcoiris, ni un simple rayo de sol
y, ni mucho menos, una sonrisa. Como alguien me dijo alguna vez, nadie muere
completamente mientras permanezca vivo en el recuerdo de una persona. Te
arrepientes por no haberle dicho todo lo que le tenías que decir, por haber
actuado de una manera y no de otra, por no haber sabido valorar cada momento a
su lado. Mil cosas del pasado que ya no tienen solución en el futuro. Por lo
cual, debes darles a todas las personas la gran importancia que se merecen.
Porque nunca sabemos cuándo será el último adiós. Por eso o, por lo tanto,
diré: hasta pronto.
Creo saber a quien va dirigido esto y has de saber que en su momento supiste darle todo el cariño del mundo ,la vida nos da momentos muy duros como son las despedidas ,pero cuando las personas merecen la pena porque han dado tanto cariño a los demás incondicionalmente ,nunca mueren siempre están en nuestro día a día y has de saber que desde el lugar donde este estará muy orgullosa de tener una nieta que escribe cosas tan bonitas a las personas mayores que tanto lo merecen .
ResponderEliminarTe quiere mucho tu abuela Trini.
Jo, tus palabras me han emocionado también. Me trae tantos recuerdos.. Por supuesto, si hace falta le dedico mil textos y nunca serán suficientes. También tengo vuestro apoyo para todo y lo valoro muchísimo.
ResponderEliminarYo también te quiero mucho, abuela.